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RAFAEL MÉNDEZ MENESES (Guayaquil, 1976)

 

Mal paso


Soy el mal paso
al que no quisiste
darle prisa
la fiebre que no cedió
la herida que empezó a supurar
pero ya no duele 
por pura inercia
porque en el fondo algún día
esperas presumirme cicatriz
medallita trucha
de batalla memorable

SIOMARA ESPAÑA (Manabí, 1976)

 

Madre

 

Yo que aprendí el amor de las poltronas

y me salté el abecedario entre cien nombres

yo que  aprendí a contar entre las piedras

y  domestiqué la lengua en las portadas.

¿por qué me permuto  verso a verso?

                   ¿Por qué madre no me diste en letanía las primeras

                      sílabas corrientes?

y amamantaste estrofas que apuñalan como dagas

por qué me instruiste en repertorios

y  no colmaste de rosarios, este cuerpo  en llamas.

 

Porque me diste la demencia entre renglones

y rociaste con historias las primeras carcajadas

 

                      porque madre no me besas

                      y trocamos  con abrazos 

                                                tanta nada. 

XAVIER HIDALGO CEDEÑO (Guayaquil, 1977)

 

Costillas devoradas

III

 

Los deseos armaron sus maletas
la negra humedad
se traga las paredes del baño
a veces temo que muerda mis pies

El aroma del perfume
cabalga irónico en el ambiente
mientras las costillas son devoradas
Los alfileres están en reposo
a veces lloran como niños

y yo finjo no escuchar
La reina de corazones
ya no me mira más
que se caiga por fin la casa de naipes
y con ella todos mis recuerdos

 

Fantasmas de caballos aun recorren mis entrañas
recuerdo el olor su muerte su sangre blanca

 

Me hago de piedra frente al espejo

AUGUSTO RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1979)

 

Los cuerpos no mueren

 

a Luis Armenta Malpica

 

Los cuerpos no mueren.

Solo su media parte serpiente.

Luz que no es esfera ni paraíso.

Los cuerpos son mitad bosque

y mitad agua que se esconden

                      en los pezones

blancos del día.

Los párpados niegan

cuando un animal

sale

de su niebla azul.

Los cuerpos no mueren.

Solo su parte no oficial.

Su ojo,

su geometría,

                                su pétalo de aire.

 

El miedo pasa de nervio

en nervio

y la garganta se alborota

           cuando llega la sangre y expulsa

su otra piel,

su vísceras dementes.

Los cuerpos no mueren.

Solo su media carne católica.

OMAR BALLADARES RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1979)

 

                                                                                                A Ro.Hä

 

Recorrí la faz primera

Del culposo terreno que liberó nuestra mordida

allí conocí tu sexo introvertido

huyendo del reciente saber de nuestros males

Lastimé tu antigua herida

con el curioso afán de mi mano

y en el embate permitiste que el ataque perdurase

en atenta indiferencia de mi esfuerzo invertido

Hospedé en tus entrañas al asesino

que inscribirá en sangre a nuestra prole

de auténticos creadores de versos defectuosos

que deberán sacrificarse por el bien de nuestras culpas.

MARÍA AUXILIADORA BALLADARES (Guayaquil, 1980)

 

El caldo

 

sube por la escalera

hasta dar con los nidos

encuentra once palomas

aterradas


a pesar de sus alas

toma dos de ellas


del preciso intersticio


en donde se ocultan

buscando calor y sombra

una sombra


como de nariz larga


y un calor


de frente afiebrada

toma dos de ellas


las otras vuelan cerca

pensando en el momento

en que el cuerpo


largo y sin plumas


baje de su escondite

toma dos de ellas


y las amarra a su cinto

esa noche


en casa


tomarán el caldo


del calor del intersticio

aunque las palomas no saben contar

serán dos cuerpos menos


por lo que el arrullo


esa noche

golpeará intenso

grave y desmedido

y otra vez


en casa


no podrán dormir

a la mañana siguiente


en sus espaldas


los niños


notarán dos breves bultos crecer

como alas calientes

como alas calientes

y pensarán


alegres

que su padre


les dio de comer

el don de volar

CÉSAR EDUARDO GALARZA (Guayaquil, 1981)

 

Poema

 

Al hablar usaste mi boca

tomaste mis manos para decir

Y esto que has grabado en la piel

son las voces para el viaje

 

El lenguaje se levantó ante mis ojos

y juntos le dimos un nombre impío

DIANA ALVARADO NOLIVOS (Guayaquil, 1982)

 

Juguetes

 

Prisionera de las nubes

bocetos me inyectan

dopamina a la vena

Enferma rayo papeles negros

Me infarto

Veo el día naciente

como espejos fragmentados

y despego.

ANDRÉS LÓPEZ RODRÍGUEZ (Guayaquil, 1982)

 

Gramaticalmente incorrecto

 

Soy sujeto sin predicado

y con un verbo ausente

la gramática incorrecta, el acento sin tilde

sintaxis revuelta

diptongo sin vocal fuerte

tan débil como la i

dos puntos seguidos de nada

puntos suspensivos eternos

coma en medio de dos verdades

punto seguido más no final

la oración oculta en tu cerebro

y con miedo de ver la luz

signo de exclamación seguido de interrogante

entre comillas sólo frases escritas en baños públicos

sobre el sol debería haber una tilde

soy la hache no muda

la boca sin lengua que sin embargo habla

(de niño el ratón me comió la lengua

de grande el mismo ratón volvió

y me la vomito encima)

el adjetivo que describe nada

articulo neutro

adverbio sin tiempo ni espacio.

VÍCTOR MOREIRA SÁNCHEZ (Guayaquil, 1982)

 

11

 

Fumo los cigarrillos del mundo

Mientras mi mujer duerme en los jardines que hemos perdido

Los corazones rotos tuvieron vanidad

La calle también

Donde sus ojos  están en la intemperie

MISHELLE MACÍAS (Guayaquil, 1984)

 

“Odiseo”

 

Me urge tu aroma, ese almízcle indescriptible de tu piel;
me urgen tus manos en mi rostro o mi cabello,
me urge tu aliento sobre mi cuello.
Y solo así, quedarme estática,
con ojos cerrados,
atrapando con una red de mariposas
esos segundos de cercanía,
los únicos que tengo.
Abro mis ojos, tus gestos.
Cierro los ojos, tu respirar.
Abro mis ojos, esa sonrisa de infierno.
Cierro los ojos, un round más.
Y esta urgencia se viste de paciencia,
lento andar,
vaivén de olas;
saborear cada extracto del universo
que estoy a tu lado,
como el girasol observando al incandescente astro,
con esa distancia autoimpuesta.
Marineros, entonces al atravesar ese cruento mar,
llenad de cera sus oídos
y atádme a este mástil
y déjenme ver al enemigo.
Y si sus cantos son hermosos como he de antemano sabido,
ignórenme, no me suelten de este navío.
Sobreviviré a esos marrones ojos
y la risa de niño eterno,
sobreviviré a esa voz extraña y rasposa
y a los largos dedos.
Habré salido con vida y mi dignidad a cuestas
aunque esos hilos rizados de plata
se queden por siempre en mis pupilas.

RAQUEL GONZÁLEZ (Guayaquil, 1986)

 

 

(En el viento descubrí que los árboles tienen tu rostro)

De La Séptima Niña

 

I

 

Mientras alguién crece, tú te haces polvo, nunca fuiste del polvo y no debes regresar a él. ¡Levántate, despierta! Los gusanos carcomen, te espero en la aurora metastásica de la esperanza. El tumor acuoso se ahoga en el llanto de mi madre. La séptima vertebra quiere irse a bailar con el nervio vago al que olvidaron educar. Polvo circadiano endúlzame el umbral, mátame. Destrózame el alma, parteme la ilusión. Te espero  a la salida del jardín, tenemos una cita a ciegas mi cíclope celestial. Los antihístamínicos se rien en mi nariz. Regresa pronto. 

 

TYRONE MARIDUEÑA (Guayaquil, 1986)

 

Atajos

 

1

En este punto hay dos sujetos que se aman El primero juega en la memoria del segundo y con el que no he nombrado.

 

2

Siempre silbamos esa canción y andamos por la calle sosteniendo en el bolsillo derecho una sonrisa.

 

3

¿Ha escuchado su corazón después de una pesadilla

o un orgasmo…?

O mejor áun

¿Ha sentido como alguien que ama muere por 3.6 segundos

Y después olvida como tocarse?

 

4

No puede morir, sólo permitirse cierto regocijo en el

caos y disfrutar la ceguera (voluntad paralela).

 

5

El PAYASO TRISTE es mi amigo

yo soy amigo del PAYASO TRISTE.

 

6

El traidor

 

7

Phardis

 

8

OM MANI PADME HUM

 

MARÍA BELÉN SALINAS (Guayaquil, 1987)

 

Cerca y más lejos

 

En una pequeña casa,

detrás de árboles gigantescos

empecé un camino

sin comienzo.

Allí otras manos

apremiaron mi cuerpo,

me liberaron de esquemas,

me transformaron en la verdugo

de mi pasado.

 

Bebí de sus labios

la culpa,

la consciencia estaba muda,

no mis pechos, que cantantes

recibían al elegido,

al primer amante.

 

Afuera, la normalidad de la vida,

pasos que se pierden, mentiras,

“deja de pensar”, me decía

y atrayéndolo contra mis huesos,

entre caricias le obedecía.

 

Vino tinto, vino de sangre,

escalera a la verdad,

poros hambrientos;

no fue mi otra mitad,

pero sí mi alimento.

 

Una bestia que mordía,

un hombre que azuzaba,

una fruta dulce y amarga,

un ser frío que ardía.

 

Las máscaras huyeron

por la ventana,

perdí las fuerzas que me quedaban:

ahí estaba yo,

huyendo de nadie,

a solas con un sueño,

con un espejo de carne y hueso,

que, sin miedo, me devoraba.

 

“Es tarde”, le susurraba,

y aquella bestia

leía cada curva,

cada pensamiento

y con una mirada me callaba.

Era yo una fiera vencida

en su voluntad y en su retirada.

 

Murieron partes de mí:

la inocencia reprimida,

la actitud inquebrantable,

la virtud irreprochable…

Con su sudor me bautizó

como la mujer sin esposas,

como la mujer de nadie.

 

Brillaba la soledad

dentro de mí,

como una rosa abandonada;

el juego de los cuerpos,

una encrucijada…

 

Todo se borró en un instante…

Cercenó

por un momento mi vida,

me llevó al infierno de Dante;

arrastró mi cuerpo al vacío

y me dio el elixir del Olimpo.

 

Me dejó la cicatriz del exceso,

me quiso retener con un beso,

sin saber que ya estaba perdida.

 

Volví con el otro hombre,

aquel más humano,

con el que dice quererme;

el que cumple mis caprichos,

el que me da la mano.

 

De aquel monstruo felino,

de aquella fiera enjaulada

solo quedó el recuerdo guardado

en algún cuentos de hadas…

 

Aunque el monstruo siempre

está rondando…

 

MARIELLA TORANZOS (Guayaquil, 1987)

 

Incendio

 

En mi tiempo libre, tragaba fuego y lo escupía

sobre las aceras de la ciudad.

Mi carrera terminó cuando empecé a confundir

el acto de escupir con el de tragar.

Anoche mil tulipanes murieron carbonizados.

 Tengo una coartada.

Pasaba por tu jardín y vi que todas

tus granadas florecían.

Llegaste justo cuando jugaba ‘sí me ama, no me ama’

y sostenía los seguros metálicos entre mis dientes.

Ya no recuerdo la diferencia

entre la seducción y los incendios provocados.

Ignición, cognición. Tengo vicios

Y tú me niegas.

Sin embargo, cuando dices que no, lo dices dos veces.

Es una palabra de cuatro letras.  

TATIANA MENDOZA (Manta, 1988)

 

Círculo sexual

 

Nada entre los dedos infortunados del hoy.

El anillo perdió su rumbo cuando traficaron con él

la mano siniestra es la envidia del eco que se apagó

en un recuerdo sonoro.

Viaja el aro por deseos y caprichos

¿Eres feliz entre índices y medios pulgares?

Su réplica es ficticia, no hay convencimiento

en su ruina intuida.

Peregrino de sábanas, duchas, alcohol.

Valor sin delirio

no hay escape al nirvana

no hay hechizo sin ambición

no hay súplica sin pobreza.

El oráculo excita tu condición

te pierdes entre el orgé humano

que devora la perversión

vuelves a lo efímero y

se arrancas tu luto

MIGUEL ÁLAVA ALCÍVAR (Portoviejo, 1988)

 

Corazón plural del Ecuador

 

Barcelona es un partido político que juega al fútbol,

Una vacuna que no encuentra enfermedad,

El beso de la mujer más peligrosa del mundo,

Que llega un domingo de sol y se va.

Las paredes del corazón que estacionó catorce golondrinas,

Venidas con smoking y gloria al portador,

La gloria es Barcelona aunque la reina sea Liga,

Sin súbditos ni pueblo, trasnochada en un mostrador.

Barcelona es la tilde del corazón, antorcha para el invierno,

El vacío del paredón, el más dulce de los infiernos.

El pan sin panadero, maravedí de carmín en la solapa,

La zurda de Díaz rozando el pasto,

La lluvia de ceniza en el techo de la nostalgia,

El único milagro que no tiene santo.

Es el arco que dispara hinchas en lugar de flechas,

Infla los pechos y guinda el sol las mañanas de los lunes,

Cada madrugada el frentón y cabeza mágica charlan en la platea,

Como el sueño que baja, se hace campeonato, y sube.

Barcelona no es cliché futbolero, puede ser.

Alma de pantalones cortos, tal vez.

Barcelona es un “rómpeme los huevos, pero no me rompas el corazón”

Barcelona, al fin de cuentas, es el corazón plural del Ecuador.

MARÍA FERNANDA CAMPOS (Guayaquil, 1989)

 

Nómada

 

Tu cuerpo/nómada/

acampa

en lugares distintos

Mis labios/ mis senos/

mis lunares/ mis dedos/

mi olor

No te quedas

Te vas

Me llevas contigo

Al eterno retorno de mi vientre

JEAN LEÓN (Guayaquil, 1989)

 

I

 

Ángeles musulmanes

corriendo eléctricamente

por mi cabeza.

En lo alto de la gloria le tengo a El

no puedo dejar de amarlo.

 

Me dicen: ama a Ala

yve con Abraham.

 

Tengo ángeles musulmanes en mi cabeza,

los veo de una manera homosexual.

La yema de sus miembros

se rozan con mis pesadillas:

deseo de carne         o

deseo de muerte

                            ¡nadie les ha ofrecido Vida!

 

En un desierto imposible

el oasis me pide amarte.

Si sólo es un sueño,

por qué tengo los estigmas.

 

Rezó las horas en cada parte de tu cuerpo

sobre tu piel escribo mi herencia de salmos

porque cuando nos unimos

veo a Dios en su nube.

ANDREA FREIRE (Guayaquil, 1989)

 

Perversión táctil

 

Mi sexo es sagrado.

Siempre que alguien lo contempla,

nombra fervoroso a Dios.

 

Mi sexo es profano.

Siempre que alguien lo disfruta,

blasfema sin compasión.

LEIRA ARAÚJO (Guayaquil, 1990)

 

Cirugía

 

Han plantado la bondad en tu cuerpo

de una manera repugnante

ya no cabe el morbo

ya nada cabe.

GIOVANNI SALVATORE BAYAS (Guayaquil, 1990)

 

La piedra roja

 

a Nicanor Parra

 

¿Qué esconde una piedra de

un color inaudito?

 

¿Qué podrá ser del futuro de una piedra imposible,

para beneficio del país?

 

¿Qué hay en el centro de una piedra marginada

si no es una lágrima

desfragmentada por los años?

 

El mundo de la política, arte

y ciencia tratan de encasillarla según su función:

 

Para un poeta laureado:

Un milenario motor oxidado

en estado de espera.

 

Para el dictador de la nación:

El manifiesto comunista escrito a mano.

 

Para los academicistas:

El David de Miguel Ángel,

previo a su pulida.

 

Para los artistas conceptuales:

La última obra del Hiperrealismo.

 

Para las gaviotas:

Una ola que nunca

llega a la orilla de la arena.

 

Para Virginia Woolf:

Una sentencia de muerte en los bolsillos.

 

Para los amantes:

Un huésped desalojado a medianoche.

 

Para los gringos:

Una máquina de hacer dinero.

 

Para la generación decapitada:

Una tumba de concreto rosáceo.

 

Para los indios de mi tierra:

El compendio escrito

de su historia precolombina.

 

Para H.P. Lovecraft:

Un color caído desde el cielo.

 

Para el contralor general del estado:

Un déficit insostenible

para la nación.

 

 

En el epicentro de una piedra roja,

se yergue una montaña

que aún

no ha sido descubierta por el hombre.

LUCERO LLANOS ORELLANA (Guayaquil, 1990)

 

Epístola del día del padre

 

Papá, acompáñame a volar cometas.

Todo sigue como lo dejaste,

o quizás peor.

Sigo viajando en el tiempo

a través de fotos y objetos

hasta conseguir dolor

que es lo único que me sacia.

¡Cómo pueden cambiar los rostros de un día a otro!

Las miradas lánguidas,

las sonrisas congeladas,

los sueños truncados.

Nunca más conjugar predicados con tu sujeto,

al menos no contigo-cuerpo,

casidosmetros de persona,

casidosmetros de historias,

casidosmetros de silencios.

Papá, dime cuándo regresas,

cuándo me pedirás que vayamos juntos a volar cometas.

LISSETTE GALLARDO (Guayaquil, 1990)

 

Sin dios

 

Nací sin sollozos

crecí en la espina dorsal de una rosa negra

Soy un cuerpo devora carne con venas

que riegan en opuestos sentidos

Vivo de los siete demonios

para desterrar la frontal utopía

 

La negada, la sin nombre

La conciencia no me habla

no hubo quien le enseñe

 

En abismos perpetuos

con incendios en la cabeza

Se ramifican los pecados sobre mis nervios

Crean un infierno sobre mi espalda

Las mentiras, el demonio de doble lengua. 

JOSÉ VÁSQUEZ (Guayaquil, 1991)

 

El dulce néctar de una mente encerrada

Los fantasmas recorren mi casa las verdades salen a la luz cuando se pisan los talones entre mundanos sedientos de poder corro al paraíso que se infectó de un smog penetrante en mis ojos y de la nada estás ahí queriendo llegar a mí por el medio más dulce que tienen todas las personas una máscara que solo cubre tu fealdad cubierta de la de unos cuantos polvos y una que otra mala noche siento el frío de tu miedo con el sabor del sudor en el gemir de tus orgasmos terminar en el éxtasis de un placer casi perfecto y regresar a una realidad donde todo es destrucción.

 

ROSA CABRERA GARCÍA (Cuenca, 1992)

 

La chispa

 

La culpable

Fue la música

Esa bohemia siempre intencionada

Que anda por aquí enamorando tanto.

No es la llama

Pero es la chispa. 

SCARLETH I. OQUENDO (Guayaquil, 1992)

 

Dos palabras

 

Se reproducía en mí como una célula hermafrodita, besaba cada extremo de toda la fase de mi sexo, humedecía mi arcoíris, me arqueaba las cejas, dejaba mi boca como volcán en erupción, me desencadenaba el demonio que llevo como piel muerta, creaba canas de desenfreno; una y seis veces me celaba la malicia del dolor con sabor a sangre bendita.

 

Íbamos en bajada cima a cima, dentro de aguas que vienen formándose desde la mente y la oscuridad con un par de velas encendidas.

 

La piel rechinaba de tanto frío y su erección luego rodaba como aceite cayendo de una cascada. Mis uñas se partían en el roce de su espalda y sus besos comprimían y absorbían mi clavícula, dejando marcas rojizas que me despertaban del coma.

 

Por mi parte era amor a pesar de tantas lunas fallidas…pero nunca, nunca pude escuchar de su boca esa frase de “dos palabras”, por eso naufrago sobre piernas desconocidas, esperando ese orgasmo de “dos palabras”. Y no es para mí ajeno el nombre o el hombre, pero me hieren como espigas los sexos desconocidos, casi como hiedra que asfixia mi útero; y me involucro en pegajosos frutos para encontrar las “dos palabras” que me negó mi único universo. 

AMANDA PAZMIÑO TORRES (Guayaquil, 1993)

 

Constitución del beso, afuera la ciudad

 

Piratas perdidos en las orillas de tu boca
elevan columnas de fuego
ya debajo de tu lengua.
[Cuando digo lengua su consecuencia es la espiral:
la negación bilateral de la estática]
Son hallados por una tripulación órfica de féminas
que trascienden otros mares.

Afuera, una por una se apilan verdades cruciales
como el estrépito proteico de la ciudad.
Ciudad dinámica y perpetua.
Ciudad de risa sabrosa y afrenta.
Ciudad de cal y sueños de naranja líquida.

Reactivada la ecuación el caos
la avenida nueve de octubre
se abre
con todas las fauces del delito
y la olvidada castidad de la paloma
en media plaza.

TANNYA FRANCO (Guayaquil, 1993)

 

Entre la reconstrucción un eco

 

“Y todo tan completo, tan humano

tan simple , como la luz el pus y la carcoma”

-Ileana Espinel-

 

A mi madre

 

I

 

El silencio enternecedor de su sombraausente

vibrante

Deja  a su paso murmullos                   cantos sacrílegos

Golpean

Aniquilan

Exterminan

Las atroces ansias de andar descalzo

Sobre los escombros     del mundo,

El parto de las mil mujeres junto a mí

Atosigan el pulso                      

lento, lento, lento

una honda queja

Clavan sus garras en mis atónitos ojos

El líquidorosáceo estalla en sus rostros,

se gozan

Festejan

Sus gargantas laceradas

Me bendicen:

No nacerás,  de un vientre

serás  de la inmundicia del cielo desgarrado

te alimentarás de barro escurrido de otras bocas

Parirás tus triunfos  a  mordiscos

Verás al mundo destirparse las entrañas

Y persistirás en él. 

ANDREA FUENTES ALVARADO (Guayaquil, 1993)

 

Cuchillo

 

Me encuentro en el hilo auxiliar de la tormenta, al borde de la ruptura con mi propio ser. Está tan extraño el cielo, no encuentro sus inicios, no veo las estrellas, son círculos, y ahora, me he quedado en el simple abre bocas. Me alejé demasiado del camino dorado con tonalidades fluorescentes. ¡Tengo que volver!

KARINA VARAS (Guayaquil, 1994)

 

Marea Alta

 

Maldita condena que con tinta marcó mi destino.

El mar preponderante y sus grandes naves, junto con sus fuertes cabos que sostienen las velas del viento.

 

Marqué mi ruta en base a experiencias;

Eché el ancla en la arena de aquel puerto. 

Viví tormentas en torno al océano y sentía la sal que iba y venía quedándose entre las mil historias de las cuerdas finas de mi pelo.

 

Llegué al destino, alcé las alas, bajé las velas, tiré las sogas y descubrí que había anclado el barco sobre mi espalda.

WILMER GARCÍA CABRERA (Machala, 1994)

 

Vacaciones

 

Recuerdas padre, recuerdas la noche, el camino y el cielo estrellado del sur. Recuerdas las palabras que se abrían en mi garganta como dos gritos desesperados y no me dejaban respirar. Y al volver a casa: el exorcismo, los gatos negrísimos que vio tu madre y el pre-infarto                  con el que abriste apenas y muy curioso las puertas de la muerte. ¿Recuerdas la redonda discreción que prometimos en el desayuno? y que tantas veces rompiste bajo otro nombre, perturbado por el vicio, para dejar volar a las mariposas enceguecidas ante su propia certidumbre, mientras yo esperaba        suicida       a que vinieras, porque mi madre había programado una sesión de hipnosis a las seis de la tarde. 

ASTRID SINGRE VITERI (Guayaquil, 1994)

 

No conocen de ideales

ni consecuencias  

no entienden de Lorca,

Paz, Borges o Shakespeare

en esas lenguas 

quisiera yo agitarme

que me absorban la vida

que calmen mis males

Me gusta el sabor de las bestias.

 

 

El dictador

ha puesto a todos de rodillas

ha fijado su blanco

en mi héroe

Camina

arrancándose el pasado

mientras yo lo miro

entre pájaros muertos   

Mi héroe

es ahora un villano

MADELINE DURANGO (Guayaquil, 1995)

 

Cáncer

 

Miénteme

ilumíname

es todo lo que me queda

mi cuerpo,  mi sangre,  mi voz

me consumen

por la llama de mi suerte

entraré al paraíso

pues esto es el infierno

El dolor mata

y más no poder estar

desaparecer

a menos que

mi muerte

sea eterna.

DOMÉNICA JÁCOME (Guayaquil, 1997)

 

Hoy seré libre

 

Ignoro mi cabeza

que aún no sale de prisión

para hablar sin insultos

tragaré agua de un charco                                                                               

me alimentaré de basura

con almas tristes de cada esquina.

BRADY GUTIÉRREZ (Guayaquil, 1997)

 

Alcanfor

 

Cállate

mujer de plasma

en la cumbre de tu oreja

mis sonidos de nostalgia perecen

mujer de llanto y de angustia

aún cuando callas tu voz se escucha

mujer de lirios y pétalos

de azules vanidades y de ojos pálidos

tú que te duermes en mis sueños

tú que pierdes el sentido de los pantalones ajustados

tú que sólo eres la utopía del niño

cállate

aunque solo me hayas mirado en la calle.

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